lunes, 5 de septiembre de 2016

Alex Touchdown VS Capcom... ejem, Resident Evil 4: Parte 2

 

Las cosas están saliendo viento en popa en nuestros primeros pasos por el mágico pueblo en la España profunda y aunque paulatinamente los peligros empiezan a ser más grandes y constantes podemos seguir relativamente tranquilos, vamos al tema.


El primer encuentro inevitable con el amable campesino de la sierra motorizada se da apenas iniciamos el capítulo aunque demasiadas veces lo he hecho morder el polvo para que me evoque el mínimo miedo... o respeto.

 

En esa misma zona nos espera la comitiva del pueblo...

 

...pero nos gusta seguir a nuestra bola así que a volar los hemos mandado.

 

Más adelante nos topamos con la mítica cinemática donde la iglesia con un cementerio a sus píes se levanta ante nosotros de forma majestuosa, aquí una imagen de tan magno momento en todo su esplendor y resolución.

 

Lo que ya no está tan chido es el intento de chiste de simulacro de acertijo que encontramos a espaldas de la zona y que gracias a él podemos conseguir una gema para sacarnos un dinerito extra, cosa que jamás está de más. Que recuerde nunca he entendido cuál es la lógica de este mismo pero termino resolviéndolo en pocos movimientos por cuestiones estocásticas siempre.

 

Por la enorme arena de lucha donde más tarde enfrentaremos a un enemigo conocido cómo “El gigante”, a saber por qué, un grupo de cuervos posa tranquilamente en la tierra...

 

... con el signo de pesetas reflejado en los ojos paso de tocarme el corazón y cometo un acto digno de ser protagonista del tweet de algún activista de sofá enojado.

 

Una zona pantanosa llena de enemigos y explosivos está ahora frente a nuestros ojos y el salvo no puede ser más cómico. Esto, se supone, debería ser un dolor de cabeza para nosostros pero dado que las trampas no son a prueba de idiotas solo tenemos qué plantarnos frente a una de estas para que al otro lado los pueblerinos corran para inmediatamente después activar su propia ejecución.

 

Para despedir el capítulo 1 por todo lo alto el juego nos regala un combate contra el primer jefazo ya propiamente dicho; un puto monstruo acuático que habita un lago que gracias a los arpones infinitos que nuestro bote carga consigo podemos hacerlo nuestra puta en cuestión de minutos. Es un enfrentamiento muy fácil que pide un mínimo de atención para esquivar los árboles caídos y saber cuándo lanzar un arpón antes de derribarnos del bote. 

 

Dicho esto último es hora de las estadísticas.

 

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