sábado, 21 de febrero de 2015

Reseña NDS: Mario VS Donkey Kong 2: March Of The Minis






Lo que me pasó con este juego no es muy normal, de hecho el primer contacto con este juego fue en una especie de juego flash promocional que en su tiempo con 12 años jugué en la página oficial de Cartoon Network y quedé enganchado a él; para estos tiempo tan siquiera recuerdo que tan semejante era al producto final… yo supongo que tendrá unas claras bases pero llevadas a la mínima expresión para venderte el producto.

Después de 8 condenados años de mi primer contacto con el juego aquí presente por fin pude sacarme la enorme estaca en forma que significada tener este título como uno de los pendientes, de hecho durante varios años traté de conseguir el antecesor disponible en la GBA pero tampoco tuve suerte, total, que a pesar de contar con la ROM desde hace 2 años apenas saqué tiempo para ponerme un poco serio con él.

El resultado me deja bastante satisfecho, no esperaba encontrarme con una obra con tantísima magia en cada uno de sus circuitos, la mayoría impuesta por la edad, debido a lo increíble que me resultó en su tiempo la “demo” jugada en internet; aun así, sin resultar un juegazo lo disfruté muchísimo.



Digan lo que digan a mí siempre me ha resultado fantástico como Nintendo explota muchas de sus sagas pues a pesar de tener muchas ya consagradas no se olvida de sus franquicias más antiguas o tapadas para arrogarlas con un lavado de cara increíble, ahí tenemos a Kid Icarius o Punch Out! Como buenos ejemplos. El caso aquí presente es similar guardando muchísimo las distancias  pues si bien estamos hablando de una mecánica de juego que se basa en la ya primitiva máquina arcade donde Donkey Kong y Mario se enfrentaron por primera vez hace varias décadas tenemos en el título y portada a dos personajes icónicos de la compañía como bien sabemos. En sí esta saga podrá parecerles a más de uno no tan antigua, pero el génesis se remonta a la mítica GB donde estos acérrimos rivales se veían las caras en su primer enfrentamiento plataformero con acertijos en el grandioso “Donkey Kong”… de ahí en más contamos con la secuela en GBA de características muy similares y el juego que hoy toca reseñar que cambia de forma sustancial lo visto anteriormente, se siguen respetando en buena medida las plataformas y puzles para superar los niveles pero no podemos negar la vuelta de tuerca… bastante bien llevada a cabo.


La historia como siempre en esta clase de juegos importa muy poco, aun así la ponemos por mera formalidad. Mario y compañía ha inaugurado un parque temático con un putero de muñequitos, en el comienzo de actividades está presente Pauline, la primera dama que nuestro fontanero rescató en su historia,  que al poco tiempo es secuestrada por Donkey Kong pues esta prefiere los muñecos basados en Mario que en los del mono, el bestial simio se la lleva hasta el punto más alto del parque  y Mario junto con toda su panda de robots homónimos están más que dispuestos a rescatarla, pasando por todas las áreas temáticas del parque… fin.

Perfecto, ya tenemos la excusa, es hora de ponernos manos a la obra. La mecánica de juego de este título dista mucho de las antiguas entregas a pesar de guardar un poco de la base original en forma de plataformas y puzles… pero dado al uso magistral de la pantalla táctil el planteamiento da el mentado giro de tuerca ya comentado.  Ya no utilizamos a Mario de forma directa, para eso tenemos a los minis que podemos activar, detener, hacer cambios de dirección al andar entre otras acciones básicas como saltar, también es bueno mencionar como nos dignamos a mandar a más de uno a la vez, llegando a controlar hasta 5 pequeñajos en un solo nivel en múltiples tareas.

Esto exige un tipo de destreza diferente a la requerida en las entregas anteriores pues gestionar qué demonios hace cada uno de nuestros elementos en pantalla a cada momento de la mejor forma puede significar la diferencia entre salvar a toda la flota o de pasar un nivel con una muy baja puntuación. Al principio se nos explica los conceptos más básicos… que en resumen consiste en como todo elemento manipulable es mediante el lápiz tactil, esto incluye, aparte de los minis, una serie de interruptores o bloques que podemos hacer aparecer o eliminar a placer, claro, estamos hablando del mero principio pues conforme avanzamos las cosas se pueden poner mucho más complejas con obstáculos y características únicas en cada nivel; hablamos de interruptores que llenan o vacían zonas con agua, bloques que permiten lanzar ataques con el lápiz táctil, plataformas para impulsar saltos muy largos, barandillas, poleas, enemigos que sirve para pasar a zonas de difícil acceso entre muchísimas otras.


Puede sonar muy bestia pero estamos hablando de Nintendo, la curva de dificultad está muy bien ajustada y el juego está adaptado para todo tipo de personas, completar el título no resulta nada complicado, pero todo aquel que quiera sacar el oro en  los retos y sienta la necesidad de salvar a todos los robots de Mario se verá ante un gran desafío donde el control preciso de la totalidad de los niveles para no perder el tiempo evitando detenerse y activando en el momento indicado los diversos interruptores será crucial para lograr el merecido reconocimiento. Más que una dificultad ascendente de principio a fin el juego propone cambios notorios cada vez que pasamos uno de los 8  niveles, estamos hablando de que los minis podrán o no aprovechar de particularidades únicas que en un principio puede costar pillarlas un poco para usarlas a la perfección.

Al final de cada nivel nos enfrentaremos a Donkey Kong en una suerte de minijuego donde gracias a los minis rescatados podremos usarlos de munición para golpearle, bastante sencillo en un principio pero conforme subimos de plantas la cosa se complica... también contamos con un pequeño minijuego estilo "golepa al topo" si conseguimos todas las tarjetas especiales repartidas por los niveles, como última cosa está el enfrentamiento final, todo un guiño a los inicios de la saga que se agradece de verdad.

Independientemente de que la dificultad no  representa un reto exigente para completar el título déjenme decirles como divierte y envicia el cabrón; Algunos escenarios cuentan con una cantidad absurda de enemigos, trampas entre mucha otra parafernalia para aniquilar a los minis… obviamente estos por más mecánicos que sean no son invulnerables y si reciben daño de algún proyectil  caen al agua o desde alturas considerables o chocan contra algún robot hostil se quebrarán, esto jode muchísimo si queremos reunir a toda la familia de Marios al final de la fase y todo esto se canaliza en unos piques enormes donde es estudian varias formas de pasar el nivel de forma efectiva sin tener que sacrificar tiempo o aliados.

El control está perfectamente implementado, controlar a los minis no es nada engorroso aunque en alguna ocasión puede dar problemas si coinciden 2 o más de estos pequeños robots en una porción pequeña de espacio, viendo como chocan entre sí dificultándonos darles órdenes. Vuelvo a repetir lo bien llevado que está manejar todo a punta de lápiz, dar órdenes e interactuar con el escenario nos deja una experiencia muy completa aunque para los que como yo suelen terminar la campaña principal sin muchas aspiraciones de conseguir todo en perfecto se hace muy corta. Como uno de los puntos clave encontramos el editor de niveles, en su tiempo tengo entendido la vida extra que esta adición le daba al título; hacer tus propios niveles, probarlos, compartirlos con la comunidad en línea, bajar otros para completarlos…venga, una puta pasada que debido a la extinción de estas posibilidades pues dejamos cojo al título en cuanto a posibilidades.


El apartado gráfico cumple bien, los  muñequitos son muy monos tanto los mini Mario como el resto, artísticamente es muy colorido y simpático con fondos clásicos de temática más que conocida en muchos de los juegos del fontanero y Donkey Kong.  La verdad es que muchas virguerías gráficas no tienen pero no lo requiere para alegrarnos la vista. La banda sonora es una gozada con temas clásicos llevados a otra faceta para la ocasión, da muchísimo gusto jugar con temas míticos de Donkey Kong Country por ejemplo.
Lo he dicho en un principio, toda esa expectación que tenía desde muy chico se había disipado con el tiempo, estoy seguro que de poder jugarlo en su momento con solo 12 años lo habría exprimido al máximo… pero aun así me ha agradado bastante, no lo tendré como un juego totalmente imprescindible pero venga, entretiene lo suyo y es perfecto para dedicarle tanto partidas extensas como unas muy cortas.

TOTAL: 8

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