martes, 3 de febrero de 2015

Reseña NDS: Advance Wars: Dark Conflict




En varias ocasiones he mencionado mis acercamientos a esta saga de estrategias, no seré el fanático más acérrimo pero los títulos disponibles para la NDS me han gustado mucho, sin embargo no los he terminado por falta de ganas. Hace poco tiempo empecé de nuevo una partida en lo que viene siendo el último juego lanzado de la franquicia hasta el día de hoy, “Advance Wars: Dark Conflict”. El primer intento por superar este juego se remonta a cuando tenía apenas 15 años y recuerdo haber llegado apenas a la mitad por mi poco interés por sacarle partido a las mecánicas de juego y verme superado después de varios intentos.

A día de hoy no he logrado terminarlo, voy por la penúltima misión de la campaña principal y se nota muchísimo el pico de dificultad, a pesar de esto lo estoy disfrutando bastante por toda esa magia de ser capaz de convertir la típica “venga, 15 minutos en lo que se termina de descargar el trabajo” en partidas de más de una hora porque el sistema de juego es jodidamente enganchante; no la haré más larga la introducción, Advance Wars es la puta polla y aquí vamos a ver los motivos.


La historia que la franquicia carga a sus espaldas la desconozco, así también los cambios con el paso del tiempo dado en cada entrega pero algo tengo bastante claro gracias a las críticas jugadores más asiduos, Advance Wars tocó techo y además su lado más táctico se había visto mermado mucho por tener más peso la elección de los comandantes antes de saltar al campo de batalla, recordemos que cada comandante es capaz de activar una habilidad especial y algunos estaban tan jodidamente poderosos que en un mísero puto turno las cosas podían voltearse de forma absurda para uno de los bandos y esto lo noté con el “Dual Stricke” , donde la cantidad de comandantes era excesiva y algunos poderes a desatar eran suficientes para arrasar con el mundo entero. Otra cosa a destacar era los motivos de algunos conflictos, venga, no soy una persona especialmente quisquillosa cuando se trata de crear un contexto dramático, crudo y serio para todo título que represente algún evento bélico pero joder… una cascarita en el patio de recreo de cualquier primaria tiene un trasfondo más oscuro y dramático que muchas batallas en los antiguos Advance Wars.


Bien pues las cosas cambian bastante en esta última entrega comenzando por la historia. Nos remontamos en una época pos apocalíptica luego de que una serie de meteoritos impactara contra la Tierra, dejando a gran parte de la población aniquilada; lo que queda del mundo es un puto caos con el vandalismo como una de las actividades predominantes obligando a los pocos sobrevivientes a luchar con uñas y dientes por ver la luz del día una vez más… cosa que se dice en sentido figurado pues después del impacto de los cuerpos espaciales a la tierra esta quedó bajo tinieblas. Encarnamos al joven Ed, perteneciente al ya extinto ejército Laurentino apenas sale a la superficie es atacado por unos maleantes y ayudado por gente de su mismo bando,  el coronel O’Brien y Lin que junto a los pocos soldados que están a sus órdenes se dedican a rescatar a todo ser humano posible.

No pasa mucho tiempo para ser amenazados por el ejército rival… o lo que queda de su antiguo enemigo, a pesar de ser el condenado fin del mundo la nación de Zephyria ha decidido seguir con las hostilidades que ni el apocalipsis pudo detener. Esto en un principio pues con el tiempo descubrimos que la gente es más bruta de lo que pensamos y salen ejércitos enemigos hasta de las putas piedras, así es como nuestro protagonista se ve envuelto en una guerra donde ideologías totalmente diferentes chocan aunque todas parecen tener el mismo propósito, aniquilar a toda costa.

El tratamiento dado a la guerra me ha gustado mucho en comparación con lo acostumbrado en anteriores entregas donde parecía que matar soldados y gastar millones de recursos económicos para fabricar unidades para al cabo de unos instantes convertirlas en chatarra era el equivalente a jugar damas para los comandantes de turno; las cosas aquí son realmente serias con algunos personajes soltando verdaderas perlas cada cierto tiempo para ofrecernos su personal perspectiva de la situación y la forma de afrontar el desastre. No estamos ante una proeza argumental pero está bastante bien conseguida con algunas sorpresitas que si bien se ven desde kilómetros le ponen emoción a las cosas… vamos, aquí la guerra  parece precisamente eso, una guerra con sus muertes, derrotas, victorias, etc.


La base jugable se mantiene intacta pero cuenta con un buen puño de novedades para ofrecer un producto más pulido en todo aspecto respecto al primero de NDS, por poner ejemplo. En uno de los primeros párrafos mencioné como seleccionar determinados comandantes sentenciaba la partida de forma definitiva y era capaz de poner las cartas a nuestro favor en tan solo un turno, pues ahora poder ser partícipe de remontadas heroicas en tan solo un turno es imposible dado que en ese aspecto nuestros comandantes están bastante capados, siendo la necesidad de tener una buena estrategia ante cada situación la única forma de salir victorioso. También podemos asignar a alguna unidad al comandante la cual es más poderosa que el resto de su mismo tipo y mantener a nuestros compañeros cerca se ve compensado con una defensa y ataque incrementado.

Otros aspectos han cambiado y a pesar de ser menores si las contamos de forma individual en conjunto si afectan bastante la mecánica de juego, volviéndola más exigente, esto se ve desde el añadido o desaparición de algunos tipos de unidades, el precio, alcance, poder o la posibilidad de hacer ganar experiencia a las unidades que destruyan a otras para otorgarles un aumento en los estatutos generales… en fin.

Por lo demás estamos ante un esquema de juego clásico, estrategia por turnos siendo posible mover, construir, atacar, conquistar ciudades y demás bases sean o no enemigas. Las unidades a poder construir tienen una gran variedad y a pesar de ser un poco lioso en principio llegamos a la conclusión de que no existe ninguna prescindible, todas sabiéndolas manejar, posicionar y usar en el momento exacto  resultan muy útiles y créanme, el mero hecho de tener o no a determinada unidad en alguna casilla puede significar ganar mucho terreno frente al enemigo, mermar de forma inmisericorde sus ansias de conquistarnos o abrirnos huecos para lanzar nuestra ofensiva, esto aplica también con nosotros claro está.  Después de familiarizarnos con todas las posibilidades a nuestra merced descubriremos que no es tan complicado de posicionar unidades y gracias a la interfaz mostrada en la pantalla superior de la portátil junto a las guías disponibles podremos gozar la experiencia en toda plenitud.

La dificultad el juego entonces se ve aumentado de forma considerable, durante casi toda la campaña esta tiene una curva muy buena hasta llegar a las últimas misiones, donde esta madre se dispara muchísimo y en cuanto a ponerte las cosas bien putas. Previa a esta parte se tiene que aclarar que el juego no es un camino de rosas o por lo menos en mí caso que soy un negado de este tipo de obras.


Pero claro, el juego envicia como no tienen una idea; si algo me gusta del catálogo de la NDS es que muchísimos de sus títulos son droga de la buena y si viene de la mano de Nintendo está casi asegurado que durante muchas horas nuestra alma pertenecerá a la doble pantalla.  Aquí a bote pronto y revisando mis resultados tengo misiones terminadas en más de 50 turnos y teniendo en cuenta que fácil entre uno y dos minutos requiero para hacer todos mis movimientos  nos sale un balance de aproximadamente una o dos horas de partida dependiendo de la misión, tengo una que supera los 70 turnos y otras que apenas llegan a los 10 o 15, el tiempo que exige cada misión parece ir incrementándose a medida que avanzamos, digo parece pues existen cabrones que tardan 20 turnos en vencer mientras a mí me toma por lo menos el doble… pero eso me viene importando poco pues el tiempo se me pasa volando.

Yo atribuyo mucho el enorme enganche a dos cosas, el sistema sencillo de jugar y los mapas bien hechos con situaciones muy bien planteadas, se nota muchísimo mimo para ofrecer un desafío que abarque más de un simple “dejo a un puñado de malos por aquí con el triple de unidades y fiesta”  con situaciones adversas que obligan a uno a picarse para superarlas, desde un enorme bombardero, un arma desconocida que tenemos que destruir, un número limitado de turnos antes de la derrota instantánea entre muchas otras situaciones junto a mapas que nunca nos mantienen en una zona de confort dado a tener que utilizar todo tipo de unidades. A pesar de tener una elevación considerable al final de la campaña con ganas brutales de joderte pues desde un inicio estás contra la espada y la pared el juego te jode con mucho cariño, no he sentido que la cosa sea aberrantemente injusta o desesperante como en otros títulos del calibre de FFIV o SMT Strange Journey disponibles en la misma plataforma, aquí sigue ardiendo como los últimos 20 minutos se han largado a la mierda por diferencia de dos soldaditos enemigos pero de esta misma forma se incita a hacerlo mucho mejor para la próxima, puliendo cada vez más los puntos flacos de nuestro plan para al final quedarnos con la satisfacción de convertir en nuestra puta al enemigo.


Existe un detalle que no he mencionado… el juego lo dejé aparcado de forma temporal en la penúltima misión, me estaba sintiendo bastante saturado a pesar de empezar hace una semana con el pero siento que no tengo los ánimos ni las ganas de seguir con un juego que exige tanto… y desde ese día no me ha dejado de ver con ojos coquetos para volver a intentar patearle el culo a los hijos de puta que tengo de adversarios para seguramente perder de nuevo por cualquier chorrada que pasé por alto en el turno número 5 y que se verá reflejado en el turno 21. Con esto no quiero asustarlos demasiado, si la has cagado en algún punto se puede enmendar con paciencia y planteando bien los siguientes movimientos, de hecho mis momentos más divertidos en este juego son una especie de estira y afloja con ambos ejércitos aniquilando tropas contrarias por una jodida base solitaria o como ambos somos víctimas de una ofensiva a la desesperada, poniendo toda la carne al asador e inclusive algunas partidas donde sintiéndome acorralado he podido sacar las papas del fuego apenas el rival entraba justo en el lugares clave para su destrucción… pero requiere eso que en los videojuegos no tengo mucho precisamente paciencia, por eso siento que de momento he tenido suficiente y opté por ponerme con otra cosa que dentro de poco también veremos por este blog… a diferencia de SMT que lo dejé la primera vez por frustración este lo dejo por estar algo saturado.

Si el número de 26 misiones principales les parece poco a ver si piensan lo mismo cuando les diga que cuenta con otros 38 mapas de reto, algunas con una dificultad elevada. Advance Wars Dark Conflict es un título que no cuenta con muchos modos de juego o contenido, en Dual Stricke teníamos muchos mapas de distintas modalidades, muchísimos más oficiales y modos pero dado el resultado final en esta ocasión se entiende que suceda para tener una experiencia lo más completa posible, además que a diferencia de su antecesor, Dual Stricke tiene un modo para jugar en línea……….. Que vale puro pito pues hace más de uno o dos años todo juego de la NDS se quedó sin sus opciones Online, lo olvidaba… cuenta con un modo editor para hacer nuestros propios mapas cabrones.

Técnicamente el juego cambia una puta barbaridad, el estilo colorido, caricaturesco y desenfadado de sus antecesores cambia por uno más serio propio de estética anime y dejando atrás la paleta tan viva por una mucho más apagada y oscura. Estos cambios van a más pues tenemos dos tipos de vista, una alejada que nos muestra casi todo el campo de batalla donde las unidades adquieren un aspecto muy semejante al clásico y otra más cercana donde nuestros soldaditos así todo monos se convierten en cabrones bien pinches rudos e imponentes, lo mismo pasa con los vehículos de combate que ahora sí parecen cosas que destruyen en lugar de juguetes inofensivos. La animación que salta cuando entramos en combate también cambia y las tropas mantienen la estética más realista, los fondos también cambian mucho.


El estilo de los menús y comandos que vemos tanto al inicio o durante la batalla también ofrece un acabado mucho más acorde con el resto de apartados… de hecho me gusta mucho la interfaz y los datos que se visualizan en la pantalla superior pues hacen el juego más cómodo.

La banda sonora es una gozada, tiene unas piezas épicas como el tema de Ed, uno de los más jodidamente grandiosos que he podido escuchar en mi vida, a pesar de que el estilo tiene ciertos remanentes respecto a antiguas entregas la veo esta como una mucho más redonda que la anterior si tengo que mencionar la más fresca de mi mente.

Advance Wars Dark Conflict es una delicia y todo poseedor de una NDS debería catarlo, pocos modos de juego pero que cumplen de sobra el propósito de divertir durante muchísimas horas, para mí es la entrega definitiva de la portátil sin desmerecer para nada el buen trabajo hecho anteriormente pero se notaba una descompensación enorme en algunos apartados que mataban parte de la mecánica de juego.

TOTAL: 9

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